martes, 23 de abril de 2013

prueba 1

ace casi una semana que en Tyrhavn, elegimos un nuevo Jarl, ese fin, fue el motivo principal de mi regreso y de que decidiese, como así ha sido, quedarme.

Quizá, no debí marcharme como puse en el post anterior, elegí lo más cómodo sin penar, que Tyrhavn, en lugar de seguir siendo una Leyenda, podía acabar convirtiéndose en un caos, como así fue.

El canal, fuera de control, habiendo perdido los registros, pasó a ser ambicionado por quien no debía y eso dio lugar a una serie de desordenes que llevaron a la situación que relato, situación propiciada en parte por quien, erroneamente, si creyó que Tyrhavn  estaba en manos de quien, si no lo merecía, se haría merecedor de él.
 

Un día, como había prometido, me acerqué al fjörd, sin ánimo de participar, si no por ver a los que considero mis amigos, y cual fue mi sorpresa ante el aluvión de quejas, reclamos y protestas, así, como lo que pude ver por mi misma. 

¿La causa?, un gobernante, al que no llamaré Jarl, había ocupado el poder con el voto de la mayoría, ¿mayoría?, ¿desde cuando se han hecho las cosas así en Tyrhavn?. Alguna vez se han tomado medidas especiales en Tyr, pero ésta vez, había sido un error.
Hablé con unos y con otros, todos me expusieron su opinión, opinión que si bien tomé en cuenta, no fue el motivo que me llevó a actuar como lo hice, pues lo que hice, fue ampararme en las Leyes de la Carta Magna, aquellas que desde hace 11 años, rigen nuestro modo de actuar y con ellas en la mano, pedí que se celebrase un Allthing en el cual, poder elegir un Jarl. Fue una decisión meditada, no un capricho ni consecuencia de lo que me habían contado, lo hice, porque era lo que debía de hacer.

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